A 27 kilómetros de Riberalta (Beni) hay un lugar alejado del ruido donde se puede comer alimentos cultivados allí mismo o peces recién sacados del agua. Es el lago Tumichucua, un vocablo tacana que significa “isla de los tomacuses o de las palmeras” y que ha dado nombre también a la comunidad que hay en la orilla del frente, que usa el islote para plantar pomelo, banana, yuca y otros frutos de consumo propio y para venderlos en Riberalta (es una de las actividades económicas de los habitantes del lugar).
Allí viven aproximadamente 350 personas que, en su mayoría, recolectan la castaña amazónica entre noviembre y marzo.
Tumichucua.- Isla de Palmeras, con el sentir de su raza tacana; en el contorno de la isla transparentes aguas coloreadas cual zafiro, irradiando diamantinos reflejos, mientras los sonidos de la selva se entremezclan y en su ribera las vistosas cabañas construidas en la década del 60 por los misioneros del Instituto Lingüístico de Verano.
Un locro de gallina criolla, un majadito carretero y el infaltable pescado frito o sudado, son el atractivo permanente para el turismo interno, avivado con la gigante piscina natural, ideal para deportes del clavado, la natación y el canotaje. Los pobladores mantienen limpia la laguna y no permiten la utilización masiva de motores a combustible.
Los cercanos 25 kilómetros que la separan de Riberalta, permite la conjunción de varias actividades. Desde el retiro en el “Centro San Luis” para participar de un seminario hasta la diversión en su cabaña comunal, al lado de un balneario abierto a todo público.