Tierra de grandes artesanos, Ayacucho fue fundada en 1540 con el nombre de San Juan de la Frontera de Huamanga.
Durante el siglo XVII se convirtió en uno de los más importantes talleres de obras de arte de la corona. Actualmente ofrece maravillosas piezas como los retablos, pequeños altares en los que se representan diversas escenas andinas, las tablas de Sarhua, en las que se plasma el árbol genealógico de una familia, y las tallas en alabastro, material conocido como "piedra de Huamanga".
Ayacucho posee 33 templos coloniales, debido a esto es conocida como la Ciudad de las Iglesias. Se dice que, prácticamente, existe un templo en cada esquina, entre ellos se encuentran la Catedral, la Compañía de Jesús, San Francisco de Asís, Santo Domingo y Santa Clara. Por este motivo, una buena oportunidad para visitar esta región es durante la Semana Santa, la más emotiva y espectacular del país.
Los pobladores son descendientes de la Cultura Wari, que habitó gran parte de este territorio entre los siglos VI y XII y dejó a la posteridad la Ciudadela Wari, un gran centro urbano y ceremonial. Además, se puede visitar el Complejo Arqueológico de Vilcashuamán, un importante centro administrativo y religioso inca.