La villa de la extinta “Casa Súarez”; centro de la actividad económica del emporio creado por Nicolás Suárez Callaú, renace por el esfuerzo creador de sus propios hijos. En la actualidad se remozan las viviendas de 1900 y en estos lugares se erigen museos, establecimientos educativos y el propio hospital de la comunidad.
EL GIGANTESCO TUMBO:
con cachuelas de gran diámetro, semeja un testigo vívido de la época de esplendor, aguardando que la visionaria estrategia de los gobernantes pueda coronar con éxito la construcción de una hidroeléctrica, como firme paso hacia el desarrollo que requiere toda la región amazónica..
Cualquier época del año es buena para visitar Cachuela Esperanza. En toda época se disfruta del Dorado, el Pacú o el Pintado, pero en agosto y septiembre cientos de “Yatoaranas” suben las cachuelas para desovar y se convierten en el más exquisito plato de la culinaria criolla.
Ni qué decir de la Semana Santa, donde el recogimiento religioso en la pintoresca capilla, erigida sobre una gigantesca piedra, permite también acomodar el gusto al pescado frito o sudado, en cualquiera de las cabañas construidas en las orillas del río Beni, frente a la cachuela central y su magnífica caída de varios metros.